viernes, 1 de abril de 2011

CREATIVIDADADIVITAERC

Creatividad.

Hecho complejo y global en el que confluyen y emergen sentimientos, razones, conocimientos, haceres, ideas, silencios, dudas, certezas, desorden, precisión, datos, desatinos, emociones, pasión.
Difícil para mí definirlo con palabras.

Marga Íñiguez
Cuándo hablo, ahora, de creatividad, ¿a qué me refiero?.
A esa capacidad que tienen las personas, los grupos y los pueblos de tener una mirada singular propia, de transformar, resolver, anticipar, generar nuevos productos, nuevas expresiones, nuevos estilos de organización y de vida.
Capacidad que procede del hacer, el sentir y el pensar (cerebro triuno) y del deseo profundo, de las intenciones y de las necesidades...


La creatividad es un DERECHO y una URGENCIA.
Además del derecho a la nutrición, seguridad y otros debería existir el derecho a desplegar todo nuestro potencial, como personas y pueblos. Tener un hacer, un sentir y un pensar singular y genuino, desde una mirada propia.
Tendría que estar contemplado este derecho en la Constitución.
Aunque ya esté el derecho a la propia expresión, esta es limitada y no abarca el hecho creativo. Pues lo que expresas es tuyo o te lo han “pensado”.
El no poder ejercer este derecho es quedarnos “mutilados”. Es frenar nuestros talentos que son “el producto interior no-bruto” más importante de un país”. Los verdaderos yacimientos, la riqueza emergente... la materia prima es el talento de la ciudadanía.

Y es una URGENCIA.
Ante los problemas mundiales que nos tocan a todos: desempleo, infelicidad, escasez, alta pobreza para muchos y ante situaciones en permanentes cambios, sociales, tecnológicos, climatológicos, económicos y una creciente intención y difusión de “ideario único”(me cuesta llamar a esto pensamiento), desde donde se pretende pensarnos, organizarnos, dirigir nuestras vidas e incluso nuestra intimidad. Es necesario ¡ya! el uso de nuestra inteligencia creativa, la de todos, en sinergia creciente, para una sociedad nueva en que haya
sitio para todos desde su ser singular, no desde su adaptación a los dictados del mercado.

Marga Íñiguez

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